jueves, 11 de septiembre de 2008
Piel
Los árboles dejan caer las primeras hojas, agosto quedó atrás, colores nuevos se entremezclan.
Las nubes de algodón se han transformado en lluvia, la ciudad emana olores a tierra mojada.
Paso siempre por los mismos lugares pero para mi todo cambia, siempre veo algo nuevo.
Hoy me di cuenta, de regreso a casa la vi, inmóvil, bajo la lluvia, con su abrigo transparente hecho de bolsas de basura.
Lleva un pañuelo en la cabeza y sus manos mantenían una fotografía, sus hijos pensé yo.
Algo en mi interior me condujo hacia ella.
-¡Buenos días! – dije yo.
Ella levantó su cara, un rostro lindo pero marcado por sus andanzas.
-¡Buenos días!- respondió ella.
¿Qué tal está?- pregunté.
Bien, pero tengo frío y mis hijos también-respondió ella.
Su cara iba cambiando poco a poco, una leve sonrisa había en sus labios.
Tras una breve conversación la ofrecí ropa para sus hijos, ella me pidió una manta, pues vivían en la calle y no tenían ropa de abrigo.
A la mañana siguiente la lleve lo ofrecido y la manta que me había pedido.
La suelo ver de regreso a casa, a veces me paro y hablo con ella, pero si sigo mi camino, ella me dedica una sonrisa y su rostro se transforma e ilumina.
“Ayuda a quien tengas a tu lado, tu corazón será más humano”.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Querida Nerea, muy bello esto que has escrito. sigue asi, yo te leo todos los días.
Muchos besos y abrazos!!
Perdona por la tardanza, gracias por entrar en mi jardín, espero que sea de tu agrado
Estaba la puerta abierta y me he colado. Que rosas tan bonitas tienes plantadas junto al jazmín... pero aún más maravilloso es esto que has escrito. Me ha encantado.
Saludos
Hola Bemo!!
Bienvenido, la puerta siempre estara abierta para ti y todo el que desee entrar.
Gracias, un abrazo!!
Me encanta tu jardin, pero mas me gusta tu coraón, no cambies nunca.
Besitosssssssssss
Mar.
Gracias Mar!!!
Besos !!!!!
Publicar un comentario