Poco queda de sus murallas, en ellas está grabada la historia contada, a veces cierta y otras inventada.
Sus árboles dan cobijo las tardes de verano, el vaivén de sus hojas van susurrando...." despierta, el día empieza ya".
.....Llego al cauce del río Arlanzón, fluyen sus aguas como la vida. Una vez mas, me doy cuenta que ya no puedo ir atrás.
Entre los edificios y calles, el sol tímido se asoma dando una luz especial. Un amanecer que nunca volverá, no nos damos cuenta, pero todo cambia, cada día, hora, minuto, segundo no regresa ya.
Las nubes están colgadas como dulces de azúcar, me alegro de mi despertar.
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